Laura Tedesco
En los años noventa, la mayoría de los países de América del Sur parecían haber alcanzado estabilidad política y económica. Después de la crisis de la deuda externa, y habiendo enfrentado los sacrificios de los ajustes económicos de tendencias neoliberales durante la misma década, la región enfrenta actualmente una nueva crisis de incertidumbre política y económica.
Ciertos cambios en los países de América del Sur responden a la nueva situación internacional generada como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y del alza en los precios del petróleo. El gobierno de los Estados Unidos inició una guerra contra el terrorismo que se materializó en las invasiones a Afganistán e Irak. Asimismo, la creciente demanda de recursos energéticos por parte de China y la India con el fin de mantener su dinamismo económico, y la inestabilidad de la región del Asia Central sumada a la creciente inestabilidad del Oriente Medio contribuyen a la volatilidad de los precios del petróleo.
En niveles nacionales, esta situación internacional ha impulsado la implementación de estrategias nacionalistas con tendencias proteccionistas. A nivel regional, el alza de los precios de los recursos energéticos ha generado conflictos bilaterales entre países productores y países consumidores. Los países tienden a confrontar y defender sus intereses más que a buscar estrategias de cooperación. A pesar de una retórica integracionista que incluye proyectos energéticos y comerciales, la realidad muestra un incremento en tensiones y conflictos bilaterales y regionales.
Por otro lado, el giro hacia la izquierda de los países de América del Sur es evidente y previo a los hechos del año 2001. La causa principal de este cambio político se encuentra en el fracaso de los modelos neoliberales de desarrollo económico. Sin embargo, los países de la región no son ajenos a la situación internacional, específicamente a los nuevos desafíos que se presentan en el tema energético. En este contexto, la región se enfrenta nuevamente a un período de incertidumbre. Dos cuestiones se han visto particularmente afectadas por el regreso de la incertidumbre política y económica: la integración regional y las relaciones bilaterales y regionales en relación con la explotación y comercialización de recursos energéticos.
Conflictos energéticos
El año 2006 ha estado marcado por procesos electorales. Michelle Bachelet, socialista chilena, ganó las elecciones como candidata de la Concertación. Evo Morales, de origen Aymara con antecedentes sindicalistas y ex líder cocacolero, llegó a la presidencia de Bolivia con el Movimiento al Socialismo (MAS). Alan García es nuevamente presidente en Perú después de haber prometido no repetir errores y de haber enfrentado al nacionalista Ollanta Humala y su aliado venezolano Hugo Chávez. Alvaro Uribe fue reelegido en Colombia convirtiéndose en el único candidato exitoso de tendencia conservadora. En Brasil, Venezuela y Ecuador se celebrarán elecciones presidenciales. Las tendencias son bastante claras en Venezuela y Brasil donde se espera la reelección de Chávez y Lula respectivamente, mientras Ecuador presenta más incertidumbre aunque el socialista León Roldos Aguilera parecería ser el candidato con más posibilidades de triunfo.
Esta izquierda latinoamericana alberga socialdemócratas como Bachelet, Lula, García y el presidente uruguayo Tabaré Vásquez, y populistas como Chávez, Morales y Kirchner, presidente de Argentina. Esta misma izquierda se divide entre radicales como Chávez y Morales, radical-moderado según sus intereses como Kirchner, y moderados como Lula, Tabaré, García y Bachelet.
Mientras los presidentes más moderados luchan por mantener la estabilidad económica y las reglas del juego democrático, al tiempo que implementan programas sociales que intentan reducir la pobreza; los presidentes más radicales, especialmente Chávez y Morales, aspiran a revolucionar las reglas de juego. Muchas de las medidas que Chávez y Morales han anunciado afectan las relaciones regionales e influencian la estabilidad económica y política de la región como un todo. El abandono de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) por parte de Venezuela y su entrada en el MERCOSUR ha influenciado a casi todos los países de la región poniendo en juego la continuidad de la CAN y amenazando con revolucionar al MERCOSUR. La política energética de Venezuela y Bolivia ha sido también clave, provocando conflictos a nivel nacional y regional.
Respecto de la política energética, Venezuela y Bolivia han dado pasos importantes para modificar el papel del Estado en la economía y el marco legal de las privatizaciones de los años noventa, especialmente aquellas referidas a los recursos energéticos. Si en esa década la mayoría de los presidentes se inclinaban por reducir el rol del Estado en la economía, los presidentes actuales son más proclives a establecer las condiciones para una economía mixta en la cual el Estado recupera un papel económico significativo. Estos cambios de estrategia económica no son cambios menores y generan incertidumbre tanto a nivel nacional como regional e internacional. Esta incertidumbre no sólo se manifiesta en los círculos de inversores sino también en los gobiernos extranjeros, en organismos internacionales, y en organismos supranacionales como la Unión Europea.
Venezuela fue el primer país que impulsó la renegociación de los contratos sobre hidrocarburos y el éxito de esta gestión impulsó a Ecuador y Bolivia a implementar modelos similares. Por ahora, Argentina, Brasil y Colombia mantienen políticas abiertas al capital y la tecnología extranjera. Sin embargo, los cambios no siempre han sido considerados como negativos por las empresas petroleras. Repsol YPF ha calificado esta nueva situación como un reto.1 En Venezuela, por ejemplo, la alianza con la empresa estatal Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) le ha dado acceso a la explotación de una de las mayores reservas mundiales de crudos extra pesados. En Brasil, la cooperación con Petrobrás le permite participar en la mayor plataforma petrolífera del país cuya producción diaria alcanza los 180.000 barriles.
Las medidas de Evo Morales
El gobierno de Morales intentó subir el precio del gas que suministra a Brasil y a Argentina. El presidente argentino, Néstor Kirchner, ha intentado mantener los precios que pagan los consumidores a pesar de un aumento del precio del gas de un 56 por ciento en junio de este año.2 A pesar de este aumento, el gobierno de Morales aspira a un nuevo incremento del 20 por ciento a partir del año 2007. En reuniones recientes, los dos gobiernos discutieron este nuevo incremento y el gobierno boliviano informó que los nuevos contratos de intercambio deberían incluir una cláusula que garantice que Argentina no venda gas boliviano a Chile.
El precio del gas no sólo genera conflictos entre Argentina y Bolivia, perjudicando asimismo a Chile, sino también entre Bolivia y Brasil. El enfrentamiento entre estos dos países comenzó con la medida, anunciada el 1 de mayo de 2006 por Evo Morales, de nacionalizar los recursos energéticos.3
La nacionalización del gas y del petróleo provocó tensiones entre Bolivia y Brasil y España ya que las compañías más afectadas fueron Petrobrás y Repsol YPF. El decreto de nacionalización determina que el Estado boliviano toma el control total de la cadena de hidrocarburos. Repsol YPF ha invertido más de mil millones de euros desde 1997 y Petrobrás unos tres mil millones.4 Petrobrás tiene una presencia crucial en Bolivia. Su producción corresponde al 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) boliviano, paga el 20 por ciento del total de los impuestos recaudados por el Estado boliviano, y extrae y exporta el 70 por ciento del total del gas que Bolivia envía a Argentina y Brasil, operación que asegura el 51 por ciento del gas consumido por los brasileños.5
Las relaciones entre Bolivia y Brasil son muy tensas. Además del futuro de las inversiones de Petrobrás en Bolivia, el gobierno de Morales quiere aumentar el precio del gas que vende a Brasil de cuatro dólares por BTU (Unidad Térmica Británica) a siete dólares. Mientras Morales quiere llevar a cabo una negociación similar a la que condujo con Argentina, Brasil argumenta que las negociaciones no deben ser realizadas entre gobiernos sino entre las comisiones técnicas como se estipula en el contrato en vigencia hasta el 2019. Las negociaciones están paralizadas.
Desde la asunción de Morales, se ha generado una alianza entre Bolivia y Venezuela. En el sector energético, esta alianza prevé la construcción por parte de Venezuela de una planta de separación de líquidos de gas que Bolivia pagará con soja. La empresa estatal venezolana, Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima tiene, desde el pasado mes de enero, una oficina en La Paz. Técnicos e ingenieros de esta compañía se encuentran en Bolivia con el objetivo de cooperar en la prospección, ubicación de los yacimientos, identificación de sus potencialidades y en el diseño y ejecución de proyectos para el desarrollo petroquímico. Esta cooperación con la empresa venezolana ha producido malestar en Petrobrás ya que esta última ha sido tratada como una multinacional más cuando se anunciaron las nacionalizaciones.
Recientemente, el gobierno de Bolivia anunció su incapacidad técnica y financiera para llevar a cabo la nacionalización de los hidrocarburos. Esto significa que el Estado boliviano ha sido incapaz de lograr el control de la exploración de los hidrocarburos.6 En agosto el gobierno boliviano aceptó la colaboración noruega para la revisión técnica de la ley de hidrocarburos y el diseño de negociación con las empresas extranjeras. El gran proyecto de Morales se encuentra estancado, ha generado tensiones con Argentina, Brasil y España -países claves en el desarrollo económico de Bolivia- y ha provocado incertidumbre entre los inversores privados y los gobiernos de la región.
Un nuevo MERCOSUR
Otro conflicto bilateral se ha generado entre Argentina y Uruguay haciendo tambalear a un ya debilitado MERCOSUR. La construcción de dos plantas productoras de pasta de celulosa a orillas del río Uruguay y a seis kilómetros de la ciudad argentina de Gualeguaychú ha enfrentado a los dos países. Los ciudadanos argentinos de la región argumentan que los vertidos de las plantas al río podrían afectarlos. En el año 2003, el entonces presidente uruguayo Jorge Batlle autorizó la instalación de las plantas. Los habitantes de Gualeguaychú organizaron manifestaciones, cortes del paso fronterizo y campañas por Internet. El gobierno uruguayo sostuvo que los cortes de rutas y del paso fronterizo ocasionaron una pérdida de 400 millones de dólares a Uruguay. Estos cortes también afectaron el comercio entre Chile y Uruguay. A pesar de que los gobiernos de Argentina y Uruguay pueden ser considerados como aliados ideológicos, el enfrentamiento por la instalación de las plantas ha generado un conflicto hasta ahora insalvable entre Kirchner y Tabaré Vázquez. Esto ha perjudicado al MERCOSUR.
El presidente uruguayo ha expresado que su país se siente marginado y desplazado en el MERCOSUR.7 Uruguay ha comenzado a estudiar la posibilidad de aumentar el comercio bilateral con Estados Unidos lo que podría ser la antesala de la negociación de un tratado de libre comercio. El presidente paraguayo también ha expresado que los socios menores del MERCOSUR se sienten desplazados por Argentina y Brasil. Estas tensiones y la reciente inclusión de Venezuela en el MERCOSUR han modificado el equilibrio (o desequilibrio) de este mercado común.
Recientemente han aparecido ciertos desencuentros entre Bolivia y Venezuela. El gobierno de Chávez tuvo que desmentir que estuviese ofreciendo gas a Brasil a un precio menor al del gas boliviano. Mientras durante los años noventa los países del Cono Sur abandonaron sus conflictos históricos, los últimos años han sido testigos del comienzo de un nuevo ciclo de tensiones. A pesar de ellas, los países también intentan profundizar los lazos regionales, por ejemplo, en marzo de 2006 los presidentes de Brasil, Argentina y Venezuela se reunieron para debatir los detalles de la construcción de un gasoducto entre el Caribe y el Río de la Plata.
La llegada de Hugo Chávez a la presidencia venezolana, el alza de los precios del petróleo y los triunfos de los candidatos de izquierda en la mayoría de los países de América del Sur son hechos claves para entender los cambios ocurridos, tanto el incremento de las tensiones como los proyectos de integración. 8
En los años noventa, la mayoría de los países de América del Sur parecían haber alcanzado estabilidad política y económica. Después de la crisis de la deuda externa, y habiendo enfrentado los sacrificios de los ajustes económicos de tendencias neoliberales durante la misma década, la región enfrenta actualmente una nueva crisis de incertidumbre política y económica.
Ciertos cambios en los países de América del Sur responden a la nueva situación internacional generada como consecuencia de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y del alza en los precios del petróleo. El gobierno de los Estados Unidos inició una guerra contra el terrorismo que se materializó en las invasiones a Afganistán e Irak. Asimismo, la creciente demanda de recursos energéticos por parte de China y la India con el fin de mantener su dinamismo económico, y la inestabilidad de la región del Asia Central sumada a la creciente inestabilidad del Oriente Medio contribuyen a la volatilidad de los precios del petróleo.
En niveles nacionales, esta situación internacional ha impulsado la implementación de estrategias nacionalistas con tendencias proteccionistas. A nivel regional, el alza de los precios de los recursos energéticos ha generado conflictos bilaterales entre países productores y países consumidores. Los países tienden a confrontar y defender sus intereses más que a buscar estrategias de cooperación. A pesar de una retórica integracionista que incluye proyectos energéticos y comerciales, la realidad muestra un incremento en tensiones y conflictos bilaterales y regionales.
Por otro lado, el giro hacia la izquierda de los países de América del Sur es evidente y previo a los hechos del año 2001. La causa principal de este cambio político se encuentra en el fracaso de los modelos neoliberales de desarrollo económico. Sin embargo, los países de la región no son ajenos a la situación internacional, específicamente a los nuevos desafíos que se presentan en el tema energético. En este contexto, la región se enfrenta nuevamente a un período de incertidumbre. Dos cuestiones se han visto particularmente afectadas por el regreso de la incertidumbre política y económica: la integración regional y las relaciones bilaterales y regionales en relación con la explotación y comercialización de recursos energéticos.
Conflictos energéticos
El año 2006 ha estado marcado por procesos electorales. Michelle Bachelet, socialista chilena, ganó las elecciones como candidata de la Concertación. Evo Morales, de origen Aymara con antecedentes sindicalistas y ex líder cocacolero, llegó a la presidencia de Bolivia con el Movimiento al Socialismo (MAS). Alan García es nuevamente presidente en Perú después de haber prometido no repetir errores y de haber enfrentado al nacionalista Ollanta Humala y su aliado venezolano Hugo Chávez. Alvaro Uribe fue reelegido en Colombia convirtiéndose en el único candidato exitoso de tendencia conservadora. En Brasil, Venezuela y Ecuador se celebrarán elecciones presidenciales. Las tendencias son bastante claras en Venezuela y Brasil donde se espera la reelección de Chávez y Lula respectivamente, mientras Ecuador presenta más incertidumbre aunque el socialista León Roldos Aguilera parecería ser el candidato con más posibilidades de triunfo.
Esta izquierda latinoamericana alberga socialdemócratas como Bachelet, Lula, García y el presidente uruguayo Tabaré Vásquez, y populistas como Chávez, Morales y Kirchner, presidente de Argentina. Esta misma izquierda se divide entre radicales como Chávez y Morales, radical-moderado según sus intereses como Kirchner, y moderados como Lula, Tabaré, García y Bachelet.
Mientras los presidentes más moderados luchan por mantener la estabilidad económica y las reglas del juego democrático, al tiempo que implementan programas sociales que intentan reducir la pobreza; los presidentes más radicales, especialmente Chávez y Morales, aspiran a revolucionar las reglas de juego. Muchas de las medidas que Chávez y Morales han anunciado afectan las relaciones regionales e influencian la estabilidad económica y política de la región como un todo. El abandono de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) por parte de Venezuela y su entrada en el MERCOSUR ha influenciado a casi todos los países de la región poniendo en juego la continuidad de la CAN y amenazando con revolucionar al MERCOSUR. La política energética de Venezuela y Bolivia ha sido también clave, provocando conflictos a nivel nacional y regional.
Respecto de la política energética, Venezuela y Bolivia han dado pasos importantes para modificar el papel del Estado en la economía y el marco legal de las privatizaciones de los años noventa, especialmente aquellas referidas a los recursos energéticos. Si en esa década la mayoría de los presidentes se inclinaban por reducir el rol del Estado en la economía, los presidentes actuales son más proclives a establecer las condiciones para una economía mixta en la cual el Estado recupera un papel económico significativo. Estos cambios de estrategia económica no son cambios menores y generan incertidumbre tanto a nivel nacional como regional e internacional. Esta incertidumbre no sólo se manifiesta en los círculos de inversores sino también en los gobiernos extranjeros, en organismos internacionales, y en organismos supranacionales como la Unión Europea.
Venezuela fue el primer país que impulsó la renegociación de los contratos sobre hidrocarburos y el éxito de esta gestión impulsó a Ecuador y Bolivia a implementar modelos similares. Por ahora, Argentina, Brasil y Colombia mantienen políticas abiertas al capital y la tecnología extranjera. Sin embargo, los cambios no siempre han sido considerados como negativos por las empresas petroleras. Repsol YPF ha calificado esta nueva situación como un reto.1 En Venezuela, por ejemplo, la alianza con la empresa estatal Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA) le ha dado acceso a la explotación de una de las mayores reservas mundiales de crudos extra pesados. En Brasil, la cooperación con Petrobrás le permite participar en la mayor plataforma petrolífera del país cuya producción diaria alcanza los 180.000 barriles.
Las medidas de Evo Morales
El gobierno de Morales intentó subir el precio del gas que suministra a Brasil y a Argentina. El presidente argentino, Néstor Kirchner, ha intentado mantener los precios que pagan los consumidores a pesar de un aumento del precio del gas de un 56 por ciento en junio de este año.2 A pesar de este aumento, el gobierno de Morales aspira a un nuevo incremento del 20 por ciento a partir del año 2007. En reuniones recientes, los dos gobiernos discutieron este nuevo incremento y el gobierno boliviano informó que los nuevos contratos de intercambio deberían incluir una cláusula que garantice que Argentina no venda gas boliviano a Chile.
El precio del gas no sólo genera conflictos entre Argentina y Bolivia, perjudicando asimismo a Chile, sino también entre Bolivia y Brasil. El enfrentamiento entre estos dos países comenzó con la medida, anunciada el 1 de mayo de 2006 por Evo Morales, de nacionalizar los recursos energéticos.3
La nacionalización del gas y del petróleo provocó tensiones entre Bolivia y Brasil y España ya que las compañías más afectadas fueron Petrobrás y Repsol YPF. El decreto de nacionalización determina que el Estado boliviano toma el control total de la cadena de hidrocarburos. Repsol YPF ha invertido más de mil millones de euros desde 1997 y Petrobrás unos tres mil millones.4 Petrobrás tiene una presencia crucial en Bolivia. Su producción corresponde al 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) boliviano, paga el 20 por ciento del total de los impuestos recaudados por el Estado boliviano, y extrae y exporta el 70 por ciento del total del gas que Bolivia envía a Argentina y Brasil, operación que asegura el 51 por ciento del gas consumido por los brasileños.5
Las relaciones entre Bolivia y Brasil son muy tensas. Además del futuro de las inversiones de Petrobrás en Bolivia, el gobierno de Morales quiere aumentar el precio del gas que vende a Brasil de cuatro dólares por BTU (Unidad Térmica Británica) a siete dólares. Mientras Morales quiere llevar a cabo una negociación similar a la que condujo con Argentina, Brasil argumenta que las negociaciones no deben ser realizadas entre gobiernos sino entre las comisiones técnicas como se estipula en el contrato en vigencia hasta el 2019. Las negociaciones están paralizadas.
Desde la asunción de Morales, se ha generado una alianza entre Bolivia y Venezuela. En el sector energético, esta alianza prevé la construcción por parte de Venezuela de una planta de separación de líquidos de gas que Bolivia pagará con soja. La empresa estatal venezolana, Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima tiene, desde el pasado mes de enero, una oficina en La Paz. Técnicos e ingenieros de esta compañía se encuentran en Bolivia con el objetivo de cooperar en la prospección, ubicación de los yacimientos, identificación de sus potencialidades y en el diseño y ejecución de proyectos para el desarrollo petroquímico. Esta cooperación con la empresa venezolana ha producido malestar en Petrobrás ya que esta última ha sido tratada como una multinacional más cuando se anunciaron las nacionalizaciones.
Recientemente, el gobierno de Bolivia anunció su incapacidad técnica y financiera para llevar a cabo la nacionalización de los hidrocarburos. Esto significa que el Estado boliviano ha sido incapaz de lograr el control de la exploración de los hidrocarburos.6 En agosto el gobierno boliviano aceptó la colaboración noruega para la revisión técnica de la ley de hidrocarburos y el diseño de negociación con las empresas extranjeras. El gran proyecto de Morales se encuentra estancado, ha generado tensiones con Argentina, Brasil y España -países claves en el desarrollo económico de Bolivia- y ha provocado incertidumbre entre los inversores privados y los gobiernos de la región.
Un nuevo MERCOSUR
Otro conflicto bilateral se ha generado entre Argentina y Uruguay haciendo tambalear a un ya debilitado MERCOSUR. La construcción de dos plantas productoras de pasta de celulosa a orillas del río Uruguay y a seis kilómetros de la ciudad argentina de Gualeguaychú ha enfrentado a los dos países. Los ciudadanos argentinos de la región argumentan que los vertidos de las plantas al río podrían afectarlos. En el año 2003, el entonces presidente uruguayo Jorge Batlle autorizó la instalación de las plantas. Los habitantes de Gualeguaychú organizaron manifestaciones, cortes del paso fronterizo y campañas por Internet. El gobierno uruguayo sostuvo que los cortes de rutas y del paso fronterizo ocasionaron una pérdida de 400 millones de dólares a Uruguay. Estos cortes también afectaron el comercio entre Chile y Uruguay. A pesar de que los gobiernos de Argentina y Uruguay pueden ser considerados como aliados ideológicos, el enfrentamiento por la instalación de las plantas ha generado un conflicto hasta ahora insalvable entre Kirchner y Tabaré Vázquez. Esto ha perjudicado al MERCOSUR.
El presidente uruguayo ha expresado que su país se siente marginado y desplazado en el MERCOSUR.7 Uruguay ha comenzado a estudiar la posibilidad de aumentar el comercio bilateral con Estados Unidos lo que podría ser la antesala de la negociación de un tratado de libre comercio. El presidente paraguayo también ha expresado que los socios menores del MERCOSUR se sienten desplazados por Argentina y Brasil. Estas tensiones y la reciente inclusión de Venezuela en el MERCOSUR han modificado el equilibrio (o desequilibrio) de este mercado común.
Recientemente han aparecido ciertos desencuentros entre Bolivia y Venezuela. El gobierno de Chávez tuvo que desmentir que estuviese ofreciendo gas a Brasil a un precio menor al del gas boliviano. Mientras durante los años noventa los países del Cono Sur abandonaron sus conflictos históricos, los últimos años han sido testigos del comienzo de un nuevo ciclo de tensiones. A pesar de ellas, los países también intentan profundizar los lazos regionales, por ejemplo, en marzo de 2006 los presidentes de Brasil, Argentina y Venezuela se reunieron para debatir los detalles de la construcción de un gasoducto entre el Caribe y el Río de la Plata.
La llegada de Hugo Chávez a la presidencia venezolana, el alza de los precios del petróleo y los triunfos de los candidatos de izquierda en la mayoría de los países de América del Sur son hechos claves para entender los cambios ocurridos, tanto el incremento de las tensiones como los proyectos de integración. 8
Chávez y su política exterior del petróleo
En el año 2001 Chávez logró modificar, con la aprobación del Parlamento, la intervención estatal en la explotación petrolera. A través de esa norma se elevaron las regalías y los impuestos y se determinó que todas las concesiones estarían controladas mayoritariamente por PDVSA. Los contratos privados debían ser renegociados para crear compañías mixtas en las que la participación de la estatal venezolana tendría que representar entre el 60 y el 80 por ciento. Con la excepción de la estadounidense Exxon Mobil, todas las demás compañías aceptaron las nuevas reglas del juego. 9
El control estatal de PDVSA ha sido crucial en la presidencia de Chávez ya que le ha otorgado al gobierno gran cantidad de divisas gracias al alza en los precios del petróleo. Sin embargo, los críticos de Chávez afirman que la producción ha descendido en un 22 por ciento, y que las inversiones para mantener el nivel actual de la producción no se llevan a cabo ya que PDVSA dedica parte de sus ganancias a proyectos sociales. De acuerdo con estos cálculos, los petrodólares se agotarán si las inversiones necesarias no se llevan a cabo.
El futuro de la revolución bolivariana depende en este escenario de la habilidad de Chávez en mantener los altos ingresos generados por la riqueza petrolera. De ahí, quizás, su pretendido liderazgo en la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEC) y su estrategia por reducir la producción con el fin de mantener precios altos.
De todas maneras, cálculos más positivos aseguran que Venezuela tiene reservas que se sitúan alrededor de los 78 billones de barriles, por lo tanto, si se mantiene la producción actual de 3.3 millones de barriles al día, el país puede garantizar una oferta de barriles durante 78 años.10 Así, aquellos opositores que piensan que Chávez caerá cuando los petrodólares se agoten deberían tener en cuenta tanto los cálculos que sostienen que la falta de inversiones acabará por enfrentar a la sociedad venezolana con el estallido de la burbuja de riqueza petrolera como aquellos cálculos que auguran un futuro de bonanza. Lo que está claro es que, en parte, el proyecto de Chávez representa, hasta ahora, una continuación del modelo económico tradicional venezolano que descansa en un alto grado de dependencia en los ingresos por las exportaciones de hidrocarburos.
Chávez es un líder polémico, admirado por muchos, despreciado por otros pero respetado por todos aquellos que se benefician con su petro generosidad. Este militar golpista, hoy presidente con dudosas credenciales democráticas, ha polarizado a la sociedad venezolana y a los países de América Latina. Tiene un enfrentamiento con Alvaro Uribe que mantiene un movimiento pendular entre alianzas y desencuentros, y un enfrentamiento abierto con Alan García. Por otro lado, una alianza consolidada con Fidel Castro y Evo Morales –aunque con este último se han vislumbrado ciertos distanciamientos. Asimismo, una relación distante y cordial con Michelle Bachelet y una alianza que puede fortalecerse o quebrarse con Lula, Kirchner y Tabaré. Esta estrategia de dividir y reinar ha hecho tambalear los bloques regionales de la Comunidad Andina de Naciones y MERCOSUR. Chávez, la crisis del MERCOSUR, y la posibilidad de firmar tratados de libre comercio con Estados Unidos han debilitado la integración regional.
La integración regional en peligro
En abril de este año, en una reunión con los presidentes de Bolivia, Paraguay y Uruguay, Chávez anunció su abandono de la Comunidad Andina de Naciones, el bloque regional que integraba junto con Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú. El argumento esgrimido fue que los tratados de libre comercio firmados con Estados Unidos por parte de Colombia y Perú perjudicaban a Venezuela. En julio Venezuela se asoció al MERCOSUR como miembro pleno. A simple vista, este cambio puede estar generado sólo por motivos económicos: MERCOSUR tiene un comercio que alcanza 150.000 millones de dólares mientras que la CAN sólo alcanza los 9.000 millones. Sin embargo, es bien conocido que MERCOSUR no está atravesando su mejor momento: la crisis argentina del 2001 resquebrajó el bloque, las protestas por parte de Paraguay y Uruguay sobre el trato a los socios menores son continuas, Argentina y Uruguay se encuentran enfrentadas actualmente por el tema de la instalación de las plantas a orillas del río Uruguay y, además, éste último está iniciando negociaciones con Estados Unidos que podrían desembarcar en la firma de un tratado de libre comercio bilateral.
Las razones de Chávez para abandonar la CAN pueden encontrarse en las tensiones que existen entre Colombia y Venezuela que, además, es probable persistan ya que Uribe ha sido reelegido. Además, el triunfo de García en Perú le sumó a Venezuela otro enemigo en la Comunidad. Tanto Uribe como García prefieren reforzar los tratados de libre comercio con Estados Unidos en lugar de abrazar el proyecto bolivariano de Chávez. La CAN estaba próxima a iniciar negociaciones con la Unión Europea para formar un Tratado de Asociación que eran cuestionadas por el gobierno de Chávez. Evo Morales no ha seguido a Chávez en esta decisión y permanece en la CAN. Sus vínculos comerciales con Venezuela se han reforzado gracias a la iniciativa chavista del Tratado de Comercio de los Pueblos que integra junto con Venezuela y Cuba.
Los proyectos chavistas de integración energética como el Gasoducto del Sur se contradicen, en parte, con la lógica de amigo-enemigo que el presidente Venezolano impone en la región. Su retórica antiamericana, simplista y estancada en los años setenta, puede llevar a la región a una confrontación innecesaria y ajena a los valores que prevalecen entre los países latinoamericanos. El apoyo de Chávez a Siria y su retórica de resistir juntos la agresión imperialista norteamericana transporta a Venezuela a un enfrentamiento complejo y foráneo. Su apoyo a Irán es también parte de esta lógica. En julio y agosto Chávez realizó una gira que incluyó Argentina para su integración al MERCOSUR, Bielorrusia, Rusia, Qatar, Irán, Vietnam, Malí, Benin, Cuba, China, Malasia, Siria y Angola.11
La gira tuvo como objetivo conseguir el apoyo para lograr un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas así como para buscar aliados en su lucha anti-imperialista y antiamericana, y diversificar el comercio de Venezuela para reducir la dependencia comercial con Estados Unidos, que es uno de los mercados más importantes para su petróleo. Además, el presidente venezolano intenta convertirse en un líder con proyección internacional. Sus petrodólares le permiten promover proyectos de cooperación en temas energéticos que atraen a muchos países. Con su retórica anti-imperialista establece alianzas con países aliados en términos ideológicos. Chávez está reproduciendo la visión del mundo simplificadora, predominante en los años de la Guerra Fría, del presidente George Bush que polariza al mundo entre amigos y enemigos. La coyuntura internacional beneficia a Chávez que junto con su riqueza petrolera le permite soñar con ser un líder internacional capaz de enfrentar a Estados Unidos. Pero una alianza de Venezuela con Irán o Siria podría tener costes muy altos para América Latina.
En este contexto, la compra de armamentos por parte de Venezuela es un factor adicional de tensión. Caracas ha adquirido helicópteros, aviones de transporte de tropas, aviones de combate y rifles. Entre los países vendedores se encuentran España, bajo el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, Rusia y Brasil.
Venezuela no ha sido el único país comprador de armamento. En el año 2005 Chile y Brasil también han incrementado su arsenal. Mientras Chile compra material de tecnología más avanzada y Brasil adquiere medios de combate y transporte, Venezuela ha adquirido equipo que permite armar a un porcentaje importante de la población civil. Además, el gobierno venezolano ha distribuido rifles entre la población, formando milicias populares dispuestas a entrar en combate frente a una invasión extranjera. Perú y Colombia también se han sumado a la lista de compradores. Colombia ha comprado carros de combate y aviones de transporte a España, mientras Perú incrementó su número de aviones rusos y franceses. Si bien es cierto que los niveles de gasto de defensa aún son bajos en comparación a décadas anteriores, también debe destacarse que hay un incremento de tensiones y conflictos en la región y aparecen caudillos mesiánicos que alientan sentimientos nacionalistas y frentes de confrontación.12
Conclusiones
Las economías de la región están creciendo. A pesar de las crisis, los países logran crecer económicamente. Sin embargo, la pobreza y las desigualdades socio-económicas persisten y aumentan. El extremo desequilibrio, las injusticias diarias, la falta de acceso a las necesidades básicas, la fragilidad de las democracias, la crisis de representatividad política y la ausencia de accountability (rendición de cuentas) son sólo algunos de los factores que otorgan razón de ser a Hugo Chávez. “Yo no soy la causa. Soy la consecuencia” le ha dicho, según fuentes periodísticas, el presidente venezolano al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.13 Y sin lugar a dudas Chávez tiene razón. La aparición de Chávez es el resultado de dos fracasos recientes. Por un lado, el fracaso de las reformas económicas que, a pesar de ajustes y sacrificios, no han generado economías que creen puestos de trabajo, que sean dinámicas y capaces de crear las condiciones para un desarrollo sostenible. Si bien es cierto que hay crecimiento económico, el desplome de la economía argentina y la persistencia de la pobreza demostraron que el neoliberalismo de los años noventa no ha creado un modelo de desarrollo económico y social para la región.
Por otro lado, el fracaso de los partidos políticos tradicionales, incapaces de representar y entender las demandas sociales, el descontento social y, en algunos casos como el de Venezuela, la oposición a las reformas neoliberales. Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador y Perú son muestras claras de un fracaso de la clase política. Los políticos tradicionales fracasaron y han sido castigados. Chávez es la consecuencia.14
En el año 2001 Chávez logró modificar, con la aprobación del Parlamento, la intervención estatal en la explotación petrolera. A través de esa norma se elevaron las regalías y los impuestos y se determinó que todas las concesiones estarían controladas mayoritariamente por PDVSA. Los contratos privados debían ser renegociados para crear compañías mixtas en las que la participación de la estatal venezolana tendría que representar entre el 60 y el 80 por ciento. Con la excepción de la estadounidense Exxon Mobil, todas las demás compañías aceptaron las nuevas reglas del juego. 9
El control estatal de PDVSA ha sido crucial en la presidencia de Chávez ya que le ha otorgado al gobierno gran cantidad de divisas gracias al alza en los precios del petróleo. Sin embargo, los críticos de Chávez afirman que la producción ha descendido en un 22 por ciento, y que las inversiones para mantener el nivel actual de la producción no se llevan a cabo ya que PDVSA dedica parte de sus ganancias a proyectos sociales. De acuerdo con estos cálculos, los petrodólares se agotarán si las inversiones necesarias no se llevan a cabo.
El futuro de la revolución bolivariana depende en este escenario de la habilidad de Chávez en mantener los altos ingresos generados por la riqueza petrolera. De ahí, quizás, su pretendido liderazgo en la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEC) y su estrategia por reducir la producción con el fin de mantener precios altos.
De todas maneras, cálculos más positivos aseguran que Venezuela tiene reservas que se sitúan alrededor de los 78 billones de barriles, por lo tanto, si se mantiene la producción actual de 3.3 millones de barriles al día, el país puede garantizar una oferta de barriles durante 78 años.10 Así, aquellos opositores que piensan que Chávez caerá cuando los petrodólares se agoten deberían tener en cuenta tanto los cálculos que sostienen que la falta de inversiones acabará por enfrentar a la sociedad venezolana con el estallido de la burbuja de riqueza petrolera como aquellos cálculos que auguran un futuro de bonanza. Lo que está claro es que, en parte, el proyecto de Chávez representa, hasta ahora, una continuación del modelo económico tradicional venezolano que descansa en un alto grado de dependencia en los ingresos por las exportaciones de hidrocarburos.
Chávez es un líder polémico, admirado por muchos, despreciado por otros pero respetado por todos aquellos que se benefician con su petro generosidad. Este militar golpista, hoy presidente con dudosas credenciales democráticas, ha polarizado a la sociedad venezolana y a los países de América Latina. Tiene un enfrentamiento con Alvaro Uribe que mantiene un movimiento pendular entre alianzas y desencuentros, y un enfrentamiento abierto con Alan García. Por otro lado, una alianza consolidada con Fidel Castro y Evo Morales –aunque con este último se han vislumbrado ciertos distanciamientos. Asimismo, una relación distante y cordial con Michelle Bachelet y una alianza que puede fortalecerse o quebrarse con Lula, Kirchner y Tabaré. Esta estrategia de dividir y reinar ha hecho tambalear los bloques regionales de la Comunidad Andina de Naciones y MERCOSUR. Chávez, la crisis del MERCOSUR, y la posibilidad de firmar tratados de libre comercio con Estados Unidos han debilitado la integración regional.
La integración regional en peligro
En abril de este año, en una reunión con los presidentes de Bolivia, Paraguay y Uruguay, Chávez anunció su abandono de la Comunidad Andina de Naciones, el bloque regional que integraba junto con Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú. El argumento esgrimido fue que los tratados de libre comercio firmados con Estados Unidos por parte de Colombia y Perú perjudicaban a Venezuela. En julio Venezuela se asoció al MERCOSUR como miembro pleno. A simple vista, este cambio puede estar generado sólo por motivos económicos: MERCOSUR tiene un comercio que alcanza 150.000 millones de dólares mientras que la CAN sólo alcanza los 9.000 millones. Sin embargo, es bien conocido que MERCOSUR no está atravesando su mejor momento: la crisis argentina del 2001 resquebrajó el bloque, las protestas por parte de Paraguay y Uruguay sobre el trato a los socios menores son continuas, Argentina y Uruguay se encuentran enfrentadas actualmente por el tema de la instalación de las plantas a orillas del río Uruguay y, además, éste último está iniciando negociaciones con Estados Unidos que podrían desembarcar en la firma de un tratado de libre comercio bilateral.
Las razones de Chávez para abandonar la CAN pueden encontrarse en las tensiones que existen entre Colombia y Venezuela que, además, es probable persistan ya que Uribe ha sido reelegido. Además, el triunfo de García en Perú le sumó a Venezuela otro enemigo en la Comunidad. Tanto Uribe como García prefieren reforzar los tratados de libre comercio con Estados Unidos en lugar de abrazar el proyecto bolivariano de Chávez. La CAN estaba próxima a iniciar negociaciones con la Unión Europea para formar un Tratado de Asociación que eran cuestionadas por el gobierno de Chávez. Evo Morales no ha seguido a Chávez en esta decisión y permanece en la CAN. Sus vínculos comerciales con Venezuela se han reforzado gracias a la iniciativa chavista del Tratado de Comercio de los Pueblos que integra junto con Venezuela y Cuba.
Los proyectos chavistas de integración energética como el Gasoducto del Sur se contradicen, en parte, con la lógica de amigo-enemigo que el presidente Venezolano impone en la región. Su retórica antiamericana, simplista y estancada en los años setenta, puede llevar a la región a una confrontación innecesaria y ajena a los valores que prevalecen entre los países latinoamericanos. El apoyo de Chávez a Siria y su retórica de resistir juntos la agresión imperialista norteamericana transporta a Venezuela a un enfrentamiento complejo y foráneo. Su apoyo a Irán es también parte de esta lógica. En julio y agosto Chávez realizó una gira que incluyó Argentina para su integración al MERCOSUR, Bielorrusia, Rusia, Qatar, Irán, Vietnam, Malí, Benin, Cuba, China, Malasia, Siria y Angola.11
La gira tuvo como objetivo conseguir el apoyo para lograr un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas así como para buscar aliados en su lucha anti-imperialista y antiamericana, y diversificar el comercio de Venezuela para reducir la dependencia comercial con Estados Unidos, que es uno de los mercados más importantes para su petróleo. Además, el presidente venezolano intenta convertirse en un líder con proyección internacional. Sus petrodólares le permiten promover proyectos de cooperación en temas energéticos que atraen a muchos países. Con su retórica anti-imperialista establece alianzas con países aliados en términos ideológicos. Chávez está reproduciendo la visión del mundo simplificadora, predominante en los años de la Guerra Fría, del presidente George Bush que polariza al mundo entre amigos y enemigos. La coyuntura internacional beneficia a Chávez que junto con su riqueza petrolera le permite soñar con ser un líder internacional capaz de enfrentar a Estados Unidos. Pero una alianza de Venezuela con Irán o Siria podría tener costes muy altos para América Latina.
En este contexto, la compra de armamentos por parte de Venezuela es un factor adicional de tensión. Caracas ha adquirido helicópteros, aviones de transporte de tropas, aviones de combate y rifles. Entre los países vendedores se encuentran España, bajo el gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, Rusia y Brasil.
Venezuela no ha sido el único país comprador de armamento. En el año 2005 Chile y Brasil también han incrementado su arsenal. Mientras Chile compra material de tecnología más avanzada y Brasil adquiere medios de combate y transporte, Venezuela ha adquirido equipo que permite armar a un porcentaje importante de la población civil. Además, el gobierno venezolano ha distribuido rifles entre la población, formando milicias populares dispuestas a entrar en combate frente a una invasión extranjera. Perú y Colombia también se han sumado a la lista de compradores. Colombia ha comprado carros de combate y aviones de transporte a España, mientras Perú incrementó su número de aviones rusos y franceses. Si bien es cierto que los niveles de gasto de defensa aún son bajos en comparación a décadas anteriores, también debe destacarse que hay un incremento de tensiones y conflictos en la región y aparecen caudillos mesiánicos que alientan sentimientos nacionalistas y frentes de confrontación.12
Conclusiones
Las economías de la región están creciendo. A pesar de las crisis, los países logran crecer económicamente. Sin embargo, la pobreza y las desigualdades socio-económicas persisten y aumentan. El extremo desequilibrio, las injusticias diarias, la falta de acceso a las necesidades básicas, la fragilidad de las democracias, la crisis de representatividad política y la ausencia de accountability (rendición de cuentas) son sólo algunos de los factores que otorgan razón de ser a Hugo Chávez. “Yo no soy la causa. Soy la consecuencia” le ha dicho, según fuentes periodísticas, el presidente venezolano al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.13 Y sin lugar a dudas Chávez tiene razón. La aparición de Chávez es el resultado de dos fracasos recientes. Por un lado, el fracaso de las reformas económicas que, a pesar de ajustes y sacrificios, no han generado economías que creen puestos de trabajo, que sean dinámicas y capaces de crear las condiciones para un desarrollo sostenible. Si bien es cierto que hay crecimiento económico, el desplome de la economía argentina y la persistencia de la pobreza demostraron que el neoliberalismo de los años noventa no ha creado un modelo de desarrollo económico y social para la región.
Por otro lado, el fracaso de los partidos políticos tradicionales, incapaces de representar y entender las demandas sociales, el descontento social y, en algunos casos como el de Venezuela, la oposición a las reformas neoliberales. Venezuela, Bolivia, Argentina, Ecuador y Perú son muestras claras de un fracaso de la clase política. Los políticos tradicionales fracasaron y han sido castigados. Chávez es la consecuencia.14
Chávez ha transformado el sistema político. Para sus partidarios, la democracia ha sido transformada, profundizada y convertida en democracia participativa, en una sola palabra, mejorada. Pero los opositores a Chávez creen que la democracia está amenazada y que las aspiraciones caudillescas y mesiánicas de Chávez minarán la construcción de una democracia liberal en Venezuela. El proceso político interno de Venezuela tendrá consecuencias regionales.
España y Europa han estado, hasta hora, bastante alejadas de estos debates. La cumbre de Viena no pudo superar los desentendimientos entre las dos regiones.15 Mientras la Unión proclama el multilateralismo, muchos países latinoamericanos promueven tratados de libre comercio bilaterales con Estados Unidos. La cumbre produjo nuevamente documentos donde se proclama que las dos regiones tienen valores comunes y voluntad de cooperación. La no injerencia que la Unión profesa es, a veces, entendida desde Latinoamérica como una falta de interés. A pesar de la retórica de las cumbres, América Latina no parecería estar entre las prioridades europeas; de hecho, la región no recibe demasiada atención en la nueva estrategia sobre energía recientemente elaborada por la UE.16
España que siempre intenta crear puentes entre las dos regiones se ha visto afectada por los cambios en la región. Las empresas y los bancos españoles han seguido más que atentamente las nuevas estrategias económicas en la región, especialmente las referidas a la nacionalización de los hidrocarburos y los cambios de regla respecto a las empresas privatizadas en los noventa. España es el primer inversionista extranjero en Argentina, el segundo en Bolivia y el cuarto en Perú. Elsector bancario en América Latina está dominado por bancos españoles, especialmente, por el Santander Central Hispano y el Bilbao Vizcaya Argentaria. A pesar de las crisis económicas y de las nuevas reglas de juego y a pesar de la incertidumbre que crean algunos gobernantes de la región, parecería que la apuesta de los inversores españoles es lo suficientemente fuerte como para soportar los vaivenes políticos típicos de la región. El gobierno español reaccionó frente a las nacionalizaciones de Morales y si bien es cierto que trató de limar asperezas, también debe destacarse que presionó al gobierno boliviano tratando de defender los intereses españoles en ese país. Sin embargo, todavía se escuchan las críticas por la venta de armas a Venezuela.
Tanto la Unión Europea como España deberían enfatizar en la región la promoción de la democracia, la construcción de instituciones democráticas, el respeto por los derechos humanos, la resolución pacífica de conflictos y la creación de mecanismos de prevención de crisis (campos en los que Europa tiene amplia y larga experiencia desde la Guerra Fría), la erradicación de la pobreza, la ausencia de corrupción y la constante promoción y respeto de derechos civiles, políticos, económicos y sociales. El nuevo contexto internacional en el que el acceso a los recursos energéticos ha modificado las estrategias de relaciones internacionales no parecería ser muy proclive a la promoción de la democracia sino, más bien, al establecimiento de alianzas con países productores sean estos democráticos, autoritarios o autocráticos. En este campo, si Europa pretende mantener una política exterior de principios y valores debería ser coherente con ellos y buscar las formas de relación que no supongan la mera aceptación de dictaduras petroleras dentro y más allá de América Latina.
Los conflictos que hoy se están generando entre los países de América del Sur, aunque puede ser que sean sólo pasajeros, crean de todas maneras nuevas piedras en el camino que lleva a estas sociedades a alcanzar democracia política, estabilidad y crecimiento económico e igualdad social.
Notas
1 El País, 14 de mayo de 2006, p. 6.
2 La devaluación monetaria del 2002 fue seguida por la pesificación y congelación de las tarifas de los servicios públicos privatizados. El precio del gas disminuyó en más de un 60 por ciento. En el año 2004 frente a una caída de las reservas y con el fin de garantizar el consumo interno, el gobierno decidió disminuir las exportaciones de gas a Chile algo que estuvo a punto de provocar una crisis energética en ese país. Las tarifas aumentaron sólo para los consumidores industriales pero siguen congeladas para los consumidores residenciales; esta situación ha provocado una disminución en las inversiones. Para un análisis sobre los recientes cambios sufridos por la industria del gas ver Humberto Campodónico (1999) ‘La industria del gas natural y su regulación en América Latina’, Revista de la CEPAL, 68, agosto de 1999, pp. 135-152. Ver también El País, 20 de agosto de 2006, p. 11.
3 Para un análisis detallado de la situación de Bolivia bajo la presidencia de Evo Morales ver Isabel Moreno y Mariano Aguirre (2006) ‘Bolivia, los desafíos para reformar el Estado’, FRIDE, Programa de Paz y Seguridad, disponible en www.fride.org,
4 El País, 3 de mayo de 2006, p. 1.
5 El País, 3 de mayo de 2006, p. 3.
6 BBC News, 18 agosto de 2006, www.news.bbc.co.uk
7 El País, 21 de mayo de 2006, p. 18.
8 Para un análisis de las distintas iniciativas de integración ver Roberto Bouzas (2005) ‘El nuevo regionalismo y el área de libre comercio de las Américas: un enfoque menos indulgente’, Revista de la CEPAL, 85, pp. 7-18.
9 Ver S. Ellner y D. Hellinger (2003) Venezuelan Politics in the Chávez Era. Class, Polarization and Conflict (Boulder y Londres: Lynne Rienner Publishers) para un detallado análisis del gobierno de Chávez.
10 BBC News, 1 de septiembre de 2006, www.news.bbc.co.uk
11 BBC News, 1 de septiembre de 2006.
12 Ver Fabián Calle (2006) ‘Armamentismo en Sudamérica ¿Salto tecnológico o desequilibrio?’, www.defdigital.com.ar, DEF número 8, abril de 2006.
13 El País, 20 de febrero de 2006, p. 72.
14 Frances Hagopian y Scott Mainwaring ofrecen un análisis excelente de los logros y fracasos de la democratización en la región. Ver Frances Hagopian y Scott Mainwaring (2005) The Third Wave of Democratization in Latin America (Cambridge University Press).
15 Ver FRIDE (2006) ‘La Cumbre Europeo-Latinoamericana en Viena’, FRIDE, Democracia en Contexto, número 2, www.fride.org.
16 Commission of the European Communities (2006) Green Paper: A European Strategy for Sustainable, Competitive and Secure Energy, COM (2006) 105, marzo.
Alianzas y desencuentros en América del Sur: Energía e Integración
Notas
1 El País, 14 de mayo de 2006, p. 6.
2 La devaluación monetaria del 2002 fue seguida por la pesificación y congelación de las tarifas de los servicios públicos privatizados. El precio del gas disminuyó en más de un 60 por ciento. En el año 2004 frente a una caída de las reservas y con el fin de garantizar el consumo interno, el gobierno decidió disminuir las exportaciones de gas a Chile algo que estuvo a punto de provocar una crisis energética en ese país. Las tarifas aumentaron sólo para los consumidores industriales pero siguen congeladas para los consumidores residenciales; esta situación ha provocado una disminución en las inversiones. Para un análisis sobre los recientes cambios sufridos por la industria del gas ver Humberto Campodónico (1999) ‘La industria del gas natural y su regulación en América Latina’, Revista de la CEPAL, 68, agosto de 1999, pp. 135-152. Ver también El País, 20 de agosto de 2006, p. 11.
3 Para un análisis detallado de la situación de Bolivia bajo la presidencia de Evo Morales ver Isabel Moreno y Mariano Aguirre (2006) ‘Bolivia, los desafíos para reformar el Estado’, FRIDE, Programa de Paz y Seguridad, disponible en www.fride.org,
4 El País, 3 de mayo de 2006, p. 1.
5 El País, 3 de mayo de 2006, p. 3.
6 BBC News, 18 agosto de 2006, www.news.bbc.co.uk
7 El País, 21 de mayo de 2006, p. 18.
8 Para un análisis de las distintas iniciativas de integración ver Roberto Bouzas (2005) ‘El nuevo regionalismo y el área de libre comercio de las Américas: un enfoque menos indulgente’, Revista de la CEPAL, 85, pp. 7-18.
9 Ver S. Ellner y D. Hellinger (2003) Venezuelan Politics in the Chávez Era. Class, Polarization and Conflict (Boulder y Londres: Lynne Rienner Publishers) para un detallado análisis del gobierno de Chávez.
10 BBC News, 1 de septiembre de 2006, www.news.bbc.co.uk
11 BBC News, 1 de septiembre de 2006.
12 Ver Fabián Calle (2006) ‘Armamentismo en Sudamérica ¿Salto tecnológico o desequilibrio?’, www.defdigital.com.ar, DEF número 8, abril de 2006.
13 El País, 20 de febrero de 2006, p. 72.
14 Frances Hagopian y Scott Mainwaring ofrecen un análisis excelente de los logros y fracasos de la democratización en la región. Ver Frances Hagopian y Scott Mainwaring (2005) The Third Wave of Democratization in Latin America (Cambridge University Press).
15 Ver FRIDE (2006) ‘La Cumbre Europeo-Latinoamericana en Viena’, FRIDE, Democracia en Contexto, número 2, www.fride.org.
16 Commission of the European Communities (2006) Green Paper: A European Strategy for Sustainable, Competitive and Secure Energy, COM (2006) 105, marzo.
Alianzas y desencuentros en América del Sur: Energía e Integración
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