martes, 7 de agosto de 2007

LA POLÍTICA EXTERIOR EN UN MUNDO CAMBIANTE


Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia



Realidad internacional y coyuntura interna

La política exterior de un país está determinada por la conjunción de la realidad internacional y su coyuntura interna.

La dinámica irreversible de la globalización y los fenómenos transnacionales que la caracterizan aumentan esta interdependencia.

El mundo de hoy ofrece nuevas y múltiples oportunidades que deben ser aprovechadas pero también entraña amenazas de carácter global que atentan contra la estructura misma de las sociedades nacionales y la gobernabilidad democrática de los Estados.

La coyuntura histórica que atraviesa Colombia evidencia con crudeza esta realidad. La violencia y la inseguridad generadas por el terrorismo y financiadas con particular fuerza en el país por el negocio transnacional de las drogas ilícitas y sus delitos relacionados: el desvío de precursores químicos, el lavado de activos y el tráfico ilícito de armas, municiones y explosivos así como por otras actividades criminales como el secuestro y la extorsión, comprometen el desarrollo económico y social de la nación, vulneran el estado de derecho, debilitan la institucionalidad democrática y afectan a la población civil.

Este ciclo no podrá romperse si, a los esfuerzos y sacrificios del Gobierno y el pueblo colombiano, no se suma el compromiso firme y decidido de la comunidad internacional.
La política exterior colombiana no puede ignorar este contexto. Por ello, además de los propósitos tradicionales que caracterizan la gestión internacional de un país en desarrollo, debe servir de apoyo y complemento a los esfuerzos internos dirigidos a atender los desafíos de la realidad nacional.

Reconfiguración del orden mundial

El orden mundial está en proceso de reconfiguración, lo que se refleja en la tensión existente en la comunidad internacional por el debate entre las actuaciones de carácter unilateral y la necesidad de fortalecer el multilateralismo y la Organización de las Naciones Unidas para que pueda cumplir su propósito de preservar la paz y la seguridad internacional.

En palabras del (ex) secretario general de la ONU Kofi Annan, el mundo enfrenta “Viejas amenazas en nuevas y peligrosas combinaciones”. Las nuevas formas de terrorismo— financiadas con los dineros de la droga—, la proliferación de armas de destrucción masiva, el desbordamiento de los conflictos internos y el tráfico ilícito de armas pequeñas y ligeras son algunos de los desafíos que enfrenta el sistema internacional.

Debe hablarse también de las llamadas amenazas no armadas, como la persistencia de la pobreza extrema, la ampliación de la brecha entre países ricos y pobres y el aumento de la exclusión al interior de las sociedades nacionales.

Estos fenómenos son factores de inestabilidad que no deben ser menospreciados.


La consolidación de la lucha contra el terrorismo como uno de los ejes centrales de las relaciones internacionales y el consiguiente fortalecimiento del vínculo entre política exterior y política de seguridad no han debilitado la vigencia del anhelo de un orden global basado en la cooperación, la solidaridad, el diálogo y la negociación.

Esta tendencia coincide con los llamados en favor de la cohesión social y el desarrollo económico como bases de una globalización más humana que favorezca la gobernabilidad y consolide la democracia, garantía de un sistema internacional más justo y seguro para todos.

La política exterior colombiana no ignora el carácter complementario de estas dos visiones y ha buscado la participación activa del país en la construcción del nuevo orden mundial—mejorando la inserción en la comunidad internacional y la capacidad negociadora—sin olvidar la defensa de los intereses nacionales y el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros ciudadanos.

No hay comentarios: