Rosendo Fraga
América del Sur tiene el gasto en defensa más bajo del mundo
El Balance Estratégico de América del Sur que está elaborando el Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría de Argentina, muestra que el mundo gastó en defensa en 2002 –últimas cifras disponibles en el ámbito global– 842.717 millones de dólares, concentrando EEUU el 42% de esta cifra. Del total, América del Sur tiene sólo el 2,31% (19.463 millones de dólares). De esta cifra, 11.303 millones (un 1,34% del total global) corresponden al Mercosur. Habría que comparar el 1,34% del gasto militar del Mercosur con el 8% del territorio mundial, el 4% de la población y el PIB y el 3% del comercio mundial que tiene este grupo regional.
El resto de Sudamérica muestra una situación similar, ya que gastó 8.160 millones de dólares, con un porcentaje sobre el gasto mundial del 0,97%. Simplificando, podemos decir que de cada 1.000 dólares invertidos en defensa en el mundo en 2002, América del Sur gastó nada más que 23 dólares: 13 dólares corrieron por cuenta del Mercosur y 10 dólares por los restantes países de Sudamérica.
Para obtener una medida comparativa de la representatividad del gasto de América del Sur habría que relacionarlo con el gasto individual de los diez países que más dinero destinaron a la defensa durante 2002. Podemos ver en este ranking que Sudamérica como región ha realizado un gasto muy inferior al resto de los demás países, situándose con un total de 19.463 millones de dólares a un nivel intermedio al de Arabia Saudí y la India, que ocupan los dos últimos puestos de la clasificación y son los únicos países en vías de desarrollo del índice. El Mercosur ocupa cómodamente el último puesto, con un total menor en casi 2.000 millones de dólares al de la India, aunque este país tiene un PIB que es todavía un 20% menor que el del Mercosur.
La comparación con los EEUU muestra que este país gasta en defensa aproximadamente 17 veces más que todos los países de América del Sur reunidos. En relación con Europa, el gasto en defensa de la región es la mitad del que tiene Francia y menor al de Italia. En el caso del Mercosur, su gasto en defensa es menos de un tercio del británico, algo más de un tercio del italiano y entre un cuarto y quinto del chino o el ruso.
También es el menor como porcentaje del PIB
Sobre esa base y utilizando como medida el PIB, en el mundo se gastó en defensa en el mismo año el 2,6% del PIB mundial. Tomando la clasificación del FMI, que agrupa a los países según su nivel de desarrollo económico, las economías más desarrolladas destinaron el 2,2%. Dentro de ellas, los países más industrializados del G-7 gastaron un 2%, las economías del Asia de nueva industrialización el 3,6% y los países de las otras economías desarrolladas el 2,3%.
Frente a un gasto medio de los países en desarrollo del 2,2% del PIB, se encuentran sobre el promedio mundial tanto África como Asia, que destinan a este rubro el 3,2%, y Oriente Medio junto a Turquía, con el 6,8%. En cambio, América Latina y el Caribe son, de acuerdo con esta clasificación, los que destinan menos recursos a defensa, gastando en este rubro sólo el 1,6% de su PIB.
Los países con economías en proceso de transición destinan el 2,5% de su PIB al gasto militar. Entre ellos, los países de Europa Central y Oriental son los que menos gastan, el 2,4%. Los países de la CEI (Comunidad de Estados Independientes, que reúne a la mayoría de los ex Estados soviéticos incluyendo a la Federación Rusa) más Mongolia gastan el 2,6%.
Nuevamente, al analizar el gasto en defensa mundial desde esta perspectiva, resulta que el de América Latina en general y el de América del Sur en particular es el más bajo del mundo. Sobre la base de un análisis propio, que considera los gastos de los Ministerios de Defensa de toda América del Sur para 2003, se puede observar una evolución similar, con un gasto en defensa sobre el PIB del orden del 1,97%. De acuerdo con estas cifras, en América del Sur el gasto en defensa sobre el PIB oscila entre máximos del 5% en Surinam y del 3,64% en Ecuador, y mínimos del 0,7% en Guyana, 1,13% en Paraguay y 1,20% en Argentina. Brasil y Chile están levemente por encima del promedio, con el 2,10% (si para Chile se consideraran los recursos adjudicados por la denominada Ley Reservada del Cobre, el índice aumentaría en algo más de un punto), y Colombia lo mismo con el 2,12% (dado que los recursos por asistencia externa no pueden considerarse como propios).
En la misma línea de análisis y de la evaluación preliminar de los recursos presupuestarios que se prevé asignar a la defensa para 2004, el estudio observa una continuidad en la tendencia a la baja de dichos índices, con un gasto total sobre el PIB que se acercaría al 1,83%.
El gasto militar per cápita en América del Sur es de 46,04 dólares por habitante. Por encima del promedio están Chile, con 90,98, seguido por Uruguay, con 51,82, y Brasil, con 51,55. En el otro extremo están Guyana con 7,97, Paraguay con 8,89 y Bolivia con 15,07. Es claro que en esta relación tiene una influencia relativa el ingreso per cápita, dado que a mayor ingreso per cápita tiende también a ser mayor el gasto en defensa per cápita.
El personal incorporado al sistema de defensa en la región
Se estima que en todo el mundo en 2002 prestaron servicios en las Fuerzas Armadas un total de 20.477.900 personas, de las cuales un 4,67% lo hicieron en América del Sur, contabilizando 955.640 efectivos. Entre ellos, un 1,96% revistó en las filas del Mercosur (401.600 efectivos) y un 2,71% en el resto de los países de Sudamérica (554.040 efectivos). Es decir, que de cada 1.000 ciudadanos enrolados en el mundo en ese año, 47 eran sudamericanos, con un aporte de 20 efectivos por parte del Mercosur y de 27 por parte del resto del subcontinente.
Del análisis específico de los países de Sudamérica y en lo que hace a la relación de efectivos sobre la población, surge que el casi millón de ciudadanos (955.640 hombres y mujeres) que están incorporados a sus Fuerzas Armadas representa el 0,26% de la población total de la región, que es de 360.371.231 habitantes.
Por encima del promedio están Uruguay, con el 0,71% de su población integrando las Fuerzas Armadas, y luego Chile (0,49%) y Ecuador y Colombia (0,45% respectivamente). El menor porcentaje de su población en las Fuerzas Armadas lo tiene Brasil, con el 0,16%, y luego Argentina, con el 0,19%. En cuanto al gasto total por efectivo, el más alto es el de Brasil, con 31.705 dólares al año por efectivo incorporado, seguido por Argentina con 21.118 –en este caso influye el salario de la tropa profesional– y Chile con 18.564. En el otro extremo, con menos de 5.000 dólares al año por efectivo incorporado están Bolivia, Paraguay, Guyana y Surinam.
Con respecto al Mercosur, sus Fuerzas Armadas contabilizan 401.600 hombres. Su gasto en total es de 10.848,91 millones de dólares, con un porcentaje sobre el PIB del 1.89% y un gasto per cápita de 48,43 dólares. El 0,18% de la población total de los cuatro países presta servicio en las Fuerzas Armadas.
Los conflictos en América del Sur
América del Sur es hoy una región de baja importancia estratégica para el mundo.
Respecto a sus conflictos, cabe hacer mención a la situación boliviana y las tensiones en otros países del arco andino, como Perú y Ecuador, y a la situación colombiana, uno de los problemas de seguridad de mayor perdurabilidad en la región. Bolivia es el país que plantea los mayores desafíos en un futuro cercano, dada la crisis socio-política e institucional que desembocó en la renuncia del presidente Sánchez de Lozada. En el primer semestre de 2004, esta situación se suma al reclamo de recuperar soberanía sobre una porción del actual territorio chileno que le permita a ese país sudamericano contar con una salida propia al Océano Pacífico.
Sin embargo, se trata de un conflicto con bajas posibilidades de que llegue a incidir en el campo militar, quizá una muestra del modo en que actualmente la dinámica multidimensional del conflicto logra vincular amenazas estratégicas “nuevas”, que parten del conflicto socio-político interno, con amenazas “tradicionales”, como lo es una disputa clásicamente territorial.
El caso colombiano, en cambio, que está siendo dirimido desde hace ya algunos años en el campo militar, promete un afianzamiento de la línea de endurecimiento de las ofensivas contra las fuerzas insurgentes (ELN, pero especialmente las FARC) que inicia desde su asunción el Presidente Uribe.
Es en este marco que ha comenzado a plantearse la posibilidad de generar una estructura de defensa de América del Sur, como lo planteara en octubre del año pasado un miembro del Gabinete del Brasil en la reunión del Foro Iberoamérica, que tuvo lugar en ese país, y como lo hicieran, en marzo de 2004, dirigentes del Partido Socialista de Chile.
La fuerza de paz de Haití puede ser un comienzo en esta dirección, ya que a partir de julio Brasil tomará el mando de la misma, aportando un contingente de más de 1.400 hombres, mientras que Chile –que participó del contingente inicial liderado por tropas francesas y norteamericanas– aportará un contingente de más de 1.000 y Argentina analizará su participación con uno de 400. La operación de Haití puede ser un primer paso fáctico hacia la constitución de una fuerza permanente en el ámbito de América del Sur, que incluso podría actuar fuera de la región, como sucede hoy en Haití.
En la perspectiva iberoamericana, la Brigada Plus Ultra, que se creó para actuar en Irak, constituyó una primera experiencia en la dirección de poder articular contingentes iberoamericanos. Cabe señalar que esta Brigada tiene mando español y unidades de este país junto con batallones de Infantería de Honduras, El Salvador y Santo Domingo y una compañía de Ingenieros de Nicaragua. Se retiren o no las tropas españolas de Irak, se trata de una primera experiencia que debe ser analizada con una visión positiva de largo plazo, pues por primera vez operaron juntas unidades orgánicas latinoamericanas y españolas en condiciones de riesgo bélico cierto.
La precipitación de la retirada española de Irak puede haber dañado la posibilidad de avanzar en esta línea, ya que dos países (Honduras y República Dominicana) parecen seguir a España y otros dos (El Salvador y Nicaragua) no.
La comparación con España
De acuerdo con los datos suministrados por la OTAN, de la que España forma parte, el gasto en defensa de este país alcanzó los 7.993 millones de dólares en 2002 y creció hasta 9.889 millones en 2003. Pero se trata de un incremento real mucho menor, dado que el dólar se ha devaluado respecto al euro. Medido en euros, el gasto español en defensa pasó de 8.414 millones de dólares a 8.751, con un incremento de sólo 337 millones de euros, lo que representa aproximadamente el 4%.
Para hacer una comparación constante con América del Sur, España en 2002 tuvo un gasto en defensa per cápita de 234 dólares, En ese año gastó en defensa el 1,2% de su PIB, muy por debajo del 1,97% que gastó América del Sur el mismo año y también muy por debajo del promedio de los países del G-7, que fue del 2%.
La diferencia con América del Sur se hace muy grande cuando se considera que mientras en 2002 el gasto en defensa per cápita de España fue de 234 dólares por habitantes, en América del Sur fue de sólo 46, es decir cinco veces menos. Si bien el gasto en defensa de España en términos de PIB es aproximadamente el 60% del de América del Sur, el gasto en defensa per cápita es cinco veces mayor.
En cuanto al gasto en defensa español, las dos fuentes consultadas, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS) y la OTAN, son básicamente coincidentes.
Una comparación interesante es analizar el gasto español en defensa con el de los cuatro países del Mercosur. Estos últimos tuvieron en 2002 un gasto en defensa absoluto de 11.303 millones de dólares, mientas que España lo tuvo de 8.523 millones.
Como porcentaje de PIB, el Mercosur gastó el 1,6% mientas que España sólo el 1,2%, como hemos visto.
En el gasto militar per cápita es donde surge la gran diferencia: mientras el Mercosur gastó 40 dólares anuales por habitante, España gastó 222, cinco veces y media más.
Las Fuerzas Armadas de los cuatro países del Mercosur tienen 401.600 efectivos, mientras que España solo tiene 135.000. La cantidad de efectivos de este país es tres veces menor que la del grupo regional, pero su población es cinco veces y media menor, ya que los cuatro países del Mercosur tienen en conjunto 223 millones de habitantes y España está llegando a los 40.
España tiene incorporadas a las Fuerzas Armadas casi el doble de habitantes que los países del Mercosur en proporción a su población. Una síntesis de la comparación del gasto en defensa de España y el Mercosur nos muestra que si bien el gasto absoluto español es menor y también lo es como porcentaje del PIB, es en gasto militar per cápita donde éste país –que debe cumplir las condiciones impuestas por ser miembro de la OTAN– gasta cinco veces y media más que el Mercosur.
En cuanto a efectivos, si bien el Mercosur tiene tres veces más que España, ésta tiene casi el doble de habitantes incorporados a las Fuerzas Armadas que los países del grupo regional.
Conclusiones
La primera conclusión que podemos extraer de este análisis es que los países de América Latina y el Caribe en general y los de América del Sur en particular son los que gastan menos en defensa del mundo con relación a su PIB. Los 12 países de América del Sur destinan a la defensa menos del 2% de su PIB, lo que en niveles monetarios brutos representa el 2,31% del gasto militar mundial o el 5,9% del gasto en defensa de los EEUU. En el caso del Mercosur, su gasto en defensa representa nada más que el 1,34% del gasto militar mundial.
A su vez, los cuatro países del Mercosur gastan en este rubro el 1,89% de su PIB, con un gasto total de 10.848,91 millones de dólares, que es el 1,34% del gasto mundial en defensa. Sus Fuerzas Armadas tienen 401.600 efectivos, que representan el 0,18% de la población total. Brasil tiene el 54,95% del gasto militar total de la región, pero sólo el 30,09% de los efectivos. Ello implica que destina una parte importante del gasto hacia desarrollos científicamente intensivos, en los ámbitos de la tecnología nuclear y de los vectores de lanzamiento. En este contexto, los planes de reequipamiento para modernizar los aviones de caza que han decidido Brasil y Chile, así como los proyectos de renovar sus respectivas flotas, no implicarían riesgo de una carrera armamentista en la región. En cuanto al personal militar, América del Sur tiene sólo el 4,67% del total mundial y el Mercosur nada más que el 1,96%.
En lo referente a los conflictos estratégicos de la región, el problema que plantea los mayores desafíos en el corto plazo es el riesgo de ingobernabilidad en los países andinos, aunque dicha crisis presenta bajas posibilidades de incidir en el campo militar. El caso colombiano, en cambio, que desde hace años se dirime en la arena militar, plantea la intensificación de la estrategia contrainsurgente a través de la vía armada.
El debate sobre la posibilidad de estructurar un sistema de defensa regional o por lo menos algún tipo de fuerza regional permanente ha comenzado a plantearse. La experiencia de la fuerza de paz de Haití puede ser una primera experiencia en este sentido, por el cambio de actitud que implica por parte de Chile y Brasil, que en los años noventa fueron reacios a participar en este tipo de fuerzas, como lo es todavía México.
La comparación del gasto en defensa de América del Sur y España muestra que en términos del PIB éste país gasta menos, pero per cápita mucho más, lo que implica una capacidad tecnológica y operativa mucho mayor. En efectivos también casi duplica a América del Sur en el porcentaje de la población total incorporado a las Fuerzas Armadas.
América del Sur tiene el gasto en defensa más bajo del mundo
El Balance Estratégico de América del Sur que está elaborando el Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría de Argentina, muestra que el mundo gastó en defensa en 2002 –últimas cifras disponibles en el ámbito global– 842.717 millones de dólares, concentrando EEUU el 42% de esta cifra. Del total, América del Sur tiene sólo el 2,31% (19.463 millones de dólares). De esta cifra, 11.303 millones (un 1,34% del total global) corresponden al Mercosur. Habría que comparar el 1,34% del gasto militar del Mercosur con el 8% del territorio mundial, el 4% de la población y el PIB y el 3% del comercio mundial que tiene este grupo regional.
El resto de Sudamérica muestra una situación similar, ya que gastó 8.160 millones de dólares, con un porcentaje sobre el gasto mundial del 0,97%. Simplificando, podemos decir que de cada 1.000 dólares invertidos en defensa en el mundo en 2002, América del Sur gastó nada más que 23 dólares: 13 dólares corrieron por cuenta del Mercosur y 10 dólares por los restantes países de Sudamérica.
Para obtener una medida comparativa de la representatividad del gasto de América del Sur habría que relacionarlo con el gasto individual de los diez países que más dinero destinaron a la defensa durante 2002. Podemos ver en este ranking que Sudamérica como región ha realizado un gasto muy inferior al resto de los demás países, situándose con un total de 19.463 millones de dólares a un nivel intermedio al de Arabia Saudí y la India, que ocupan los dos últimos puestos de la clasificación y son los únicos países en vías de desarrollo del índice. El Mercosur ocupa cómodamente el último puesto, con un total menor en casi 2.000 millones de dólares al de la India, aunque este país tiene un PIB que es todavía un 20% menor que el del Mercosur.
La comparación con los EEUU muestra que este país gasta en defensa aproximadamente 17 veces más que todos los países de América del Sur reunidos. En relación con Europa, el gasto en defensa de la región es la mitad del que tiene Francia y menor al de Italia. En el caso del Mercosur, su gasto en defensa es menos de un tercio del británico, algo más de un tercio del italiano y entre un cuarto y quinto del chino o el ruso.
También es el menor como porcentaje del PIB
Sobre esa base y utilizando como medida el PIB, en el mundo se gastó en defensa en el mismo año el 2,6% del PIB mundial. Tomando la clasificación del FMI, que agrupa a los países según su nivel de desarrollo económico, las economías más desarrolladas destinaron el 2,2%. Dentro de ellas, los países más industrializados del G-7 gastaron un 2%, las economías del Asia de nueva industrialización el 3,6% y los países de las otras economías desarrolladas el 2,3%.
Frente a un gasto medio de los países en desarrollo del 2,2% del PIB, se encuentran sobre el promedio mundial tanto África como Asia, que destinan a este rubro el 3,2%, y Oriente Medio junto a Turquía, con el 6,8%. En cambio, América Latina y el Caribe son, de acuerdo con esta clasificación, los que destinan menos recursos a defensa, gastando en este rubro sólo el 1,6% de su PIB.
Los países con economías en proceso de transición destinan el 2,5% de su PIB al gasto militar. Entre ellos, los países de Europa Central y Oriental son los que menos gastan, el 2,4%. Los países de la CEI (Comunidad de Estados Independientes, que reúne a la mayoría de los ex Estados soviéticos incluyendo a la Federación Rusa) más Mongolia gastan el 2,6%.
Nuevamente, al analizar el gasto en defensa mundial desde esta perspectiva, resulta que el de América Latina en general y el de América del Sur en particular es el más bajo del mundo. Sobre la base de un análisis propio, que considera los gastos de los Ministerios de Defensa de toda América del Sur para 2003, se puede observar una evolución similar, con un gasto en defensa sobre el PIB del orden del 1,97%. De acuerdo con estas cifras, en América del Sur el gasto en defensa sobre el PIB oscila entre máximos del 5% en Surinam y del 3,64% en Ecuador, y mínimos del 0,7% en Guyana, 1,13% en Paraguay y 1,20% en Argentina. Brasil y Chile están levemente por encima del promedio, con el 2,10% (si para Chile se consideraran los recursos adjudicados por la denominada Ley Reservada del Cobre, el índice aumentaría en algo más de un punto), y Colombia lo mismo con el 2,12% (dado que los recursos por asistencia externa no pueden considerarse como propios).
En la misma línea de análisis y de la evaluación preliminar de los recursos presupuestarios que se prevé asignar a la defensa para 2004, el estudio observa una continuidad en la tendencia a la baja de dichos índices, con un gasto total sobre el PIB que se acercaría al 1,83%.
El gasto militar per cápita en América del Sur es de 46,04 dólares por habitante. Por encima del promedio están Chile, con 90,98, seguido por Uruguay, con 51,82, y Brasil, con 51,55. En el otro extremo están Guyana con 7,97, Paraguay con 8,89 y Bolivia con 15,07. Es claro que en esta relación tiene una influencia relativa el ingreso per cápita, dado que a mayor ingreso per cápita tiende también a ser mayor el gasto en defensa per cápita.
El personal incorporado al sistema de defensa en la región
Se estima que en todo el mundo en 2002 prestaron servicios en las Fuerzas Armadas un total de 20.477.900 personas, de las cuales un 4,67% lo hicieron en América del Sur, contabilizando 955.640 efectivos. Entre ellos, un 1,96% revistó en las filas del Mercosur (401.600 efectivos) y un 2,71% en el resto de los países de Sudamérica (554.040 efectivos). Es decir, que de cada 1.000 ciudadanos enrolados en el mundo en ese año, 47 eran sudamericanos, con un aporte de 20 efectivos por parte del Mercosur y de 27 por parte del resto del subcontinente.
Del análisis específico de los países de Sudamérica y en lo que hace a la relación de efectivos sobre la población, surge que el casi millón de ciudadanos (955.640 hombres y mujeres) que están incorporados a sus Fuerzas Armadas representa el 0,26% de la población total de la región, que es de 360.371.231 habitantes.
Por encima del promedio están Uruguay, con el 0,71% de su población integrando las Fuerzas Armadas, y luego Chile (0,49%) y Ecuador y Colombia (0,45% respectivamente). El menor porcentaje de su población en las Fuerzas Armadas lo tiene Brasil, con el 0,16%, y luego Argentina, con el 0,19%. En cuanto al gasto total por efectivo, el más alto es el de Brasil, con 31.705 dólares al año por efectivo incorporado, seguido por Argentina con 21.118 –en este caso influye el salario de la tropa profesional– y Chile con 18.564. En el otro extremo, con menos de 5.000 dólares al año por efectivo incorporado están Bolivia, Paraguay, Guyana y Surinam.
Con respecto al Mercosur, sus Fuerzas Armadas contabilizan 401.600 hombres. Su gasto en total es de 10.848,91 millones de dólares, con un porcentaje sobre el PIB del 1.89% y un gasto per cápita de 48,43 dólares. El 0,18% de la población total de los cuatro países presta servicio en las Fuerzas Armadas.
Los conflictos en América del Sur
América del Sur es hoy una región de baja importancia estratégica para el mundo.
Respecto a sus conflictos, cabe hacer mención a la situación boliviana y las tensiones en otros países del arco andino, como Perú y Ecuador, y a la situación colombiana, uno de los problemas de seguridad de mayor perdurabilidad en la región. Bolivia es el país que plantea los mayores desafíos en un futuro cercano, dada la crisis socio-política e institucional que desembocó en la renuncia del presidente Sánchez de Lozada. En el primer semestre de 2004, esta situación se suma al reclamo de recuperar soberanía sobre una porción del actual territorio chileno que le permita a ese país sudamericano contar con una salida propia al Océano Pacífico.
Sin embargo, se trata de un conflicto con bajas posibilidades de que llegue a incidir en el campo militar, quizá una muestra del modo en que actualmente la dinámica multidimensional del conflicto logra vincular amenazas estratégicas “nuevas”, que parten del conflicto socio-político interno, con amenazas “tradicionales”, como lo es una disputa clásicamente territorial.
El caso colombiano, en cambio, que está siendo dirimido desde hace ya algunos años en el campo militar, promete un afianzamiento de la línea de endurecimiento de las ofensivas contra las fuerzas insurgentes (ELN, pero especialmente las FARC) que inicia desde su asunción el Presidente Uribe.
Es en este marco que ha comenzado a plantearse la posibilidad de generar una estructura de defensa de América del Sur, como lo planteara en octubre del año pasado un miembro del Gabinete del Brasil en la reunión del Foro Iberoamérica, que tuvo lugar en ese país, y como lo hicieran, en marzo de 2004, dirigentes del Partido Socialista de Chile.
La fuerza de paz de Haití puede ser un comienzo en esta dirección, ya que a partir de julio Brasil tomará el mando de la misma, aportando un contingente de más de 1.400 hombres, mientras que Chile –que participó del contingente inicial liderado por tropas francesas y norteamericanas– aportará un contingente de más de 1.000 y Argentina analizará su participación con uno de 400. La operación de Haití puede ser un primer paso fáctico hacia la constitución de una fuerza permanente en el ámbito de América del Sur, que incluso podría actuar fuera de la región, como sucede hoy en Haití.
En la perspectiva iberoamericana, la Brigada Plus Ultra, que se creó para actuar en Irak, constituyó una primera experiencia en la dirección de poder articular contingentes iberoamericanos. Cabe señalar que esta Brigada tiene mando español y unidades de este país junto con batallones de Infantería de Honduras, El Salvador y Santo Domingo y una compañía de Ingenieros de Nicaragua. Se retiren o no las tropas españolas de Irak, se trata de una primera experiencia que debe ser analizada con una visión positiva de largo plazo, pues por primera vez operaron juntas unidades orgánicas latinoamericanas y españolas en condiciones de riesgo bélico cierto.
La precipitación de la retirada española de Irak puede haber dañado la posibilidad de avanzar en esta línea, ya que dos países (Honduras y República Dominicana) parecen seguir a España y otros dos (El Salvador y Nicaragua) no.
La comparación con España
De acuerdo con los datos suministrados por la OTAN, de la que España forma parte, el gasto en defensa de este país alcanzó los 7.993 millones de dólares en 2002 y creció hasta 9.889 millones en 2003. Pero se trata de un incremento real mucho menor, dado que el dólar se ha devaluado respecto al euro. Medido en euros, el gasto español en defensa pasó de 8.414 millones de dólares a 8.751, con un incremento de sólo 337 millones de euros, lo que representa aproximadamente el 4%.
Para hacer una comparación constante con América del Sur, España en 2002 tuvo un gasto en defensa per cápita de 234 dólares, En ese año gastó en defensa el 1,2% de su PIB, muy por debajo del 1,97% que gastó América del Sur el mismo año y también muy por debajo del promedio de los países del G-7, que fue del 2%.
La diferencia con América del Sur se hace muy grande cuando se considera que mientras en 2002 el gasto en defensa per cápita de España fue de 234 dólares por habitantes, en América del Sur fue de sólo 46, es decir cinco veces menos. Si bien el gasto en defensa de España en términos de PIB es aproximadamente el 60% del de América del Sur, el gasto en defensa per cápita es cinco veces mayor.
En cuanto al gasto en defensa español, las dos fuentes consultadas, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS) y la OTAN, son básicamente coincidentes.
Una comparación interesante es analizar el gasto español en defensa con el de los cuatro países del Mercosur. Estos últimos tuvieron en 2002 un gasto en defensa absoluto de 11.303 millones de dólares, mientas que España lo tuvo de 8.523 millones.
Como porcentaje de PIB, el Mercosur gastó el 1,6% mientas que España sólo el 1,2%, como hemos visto.
En el gasto militar per cápita es donde surge la gran diferencia: mientras el Mercosur gastó 40 dólares anuales por habitante, España gastó 222, cinco veces y media más.
Las Fuerzas Armadas de los cuatro países del Mercosur tienen 401.600 efectivos, mientras que España solo tiene 135.000. La cantidad de efectivos de este país es tres veces menor que la del grupo regional, pero su población es cinco veces y media menor, ya que los cuatro países del Mercosur tienen en conjunto 223 millones de habitantes y España está llegando a los 40.
España tiene incorporadas a las Fuerzas Armadas casi el doble de habitantes que los países del Mercosur en proporción a su población. Una síntesis de la comparación del gasto en defensa de España y el Mercosur nos muestra que si bien el gasto absoluto español es menor y también lo es como porcentaje del PIB, es en gasto militar per cápita donde éste país –que debe cumplir las condiciones impuestas por ser miembro de la OTAN– gasta cinco veces y media más que el Mercosur.
En cuanto a efectivos, si bien el Mercosur tiene tres veces más que España, ésta tiene casi el doble de habitantes incorporados a las Fuerzas Armadas que los países del grupo regional.
Conclusiones
La primera conclusión que podemos extraer de este análisis es que los países de América Latina y el Caribe en general y los de América del Sur en particular son los que gastan menos en defensa del mundo con relación a su PIB. Los 12 países de América del Sur destinan a la defensa menos del 2% de su PIB, lo que en niveles monetarios brutos representa el 2,31% del gasto militar mundial o el 5,9% del gasto en defensa de los EEUU. En el caso del Mercosur, su gasto en defensa representa nada más que el 1,34% del gasto militar mundial.
A su vez, los cuatro países del Mercosur gastan en este rubro el 1,89% de su PIB, con un gasto total de 10.848,91 millones de dólares, que es el 1,34% del gasto mundial en defensa. Sus Fuerzas Armadas tienen 401.600 efectivos, que representan el 0,18% de la población total. Brasil tiene el 54,95% del gasto militar total de la región, pero sólo el 30,09% de los efectivos. Ello implica que destina una parte importante del gasto hacia desarrollos científicamente intensivos, en los ámbitos de la tecnología nuclear y de los vectores de lanzamiento. En este contexto, los planes de reequipamiento para modernizar los aviones de caza que han decidido Brasil y Chile, así como los proyectos de renovar sus respectivas flotas, no implicarían riesgo de una carrera armamentista en la región. En cuanto al personal militar, América del Sur tiene sólo el 4,67% del total mundial y el Mercosur nada más que el 1,96%.
En lo referente a los conflictos estratégicos de la región, el problema que plantea los mayores desafíos en el corto plazo es el riesgo de ingobernabilidad en los países andinos, aunque dicha crisis presenta bajas posibilidades de incidir en el campo militar. El caso colombiano, en cambio, que desde hace años se dirime en la arena militar, plantea la intensificación de la estrategia contrainsurgente a través de la vía armada.
El debate sobre la posibilidad de estructurar un sistema de defensa regional o por lo menos algún tipo de fuerza regional permanente ha comenzado a plantearse. La experiencia de la fuerza de paz de Haití puede ser una primera experiencia en este sentido, por el cambio de actitud que implica por parte de Chile y Brasil, que en los años noventa fueron reacios a participar en este tipo de fuerzas, como lo es todavía México.
La comparación del gasto en defensa de América del Sur y España muestra que en términos del PIB éste país gasta menos, pero per cápita mucho más, lo que implica una capacidad tecnológica y operativa mucho mayor. En efectivos también casi duplica a América del Sur en el porcentaje de la población total incorporado a las Fuerzas Armadas.
Hacia el futuro quedan por analizar las posibilidades de articular capacidades entre el sistema de defensa español y el de Iberoamérica. La frustrada experiencia de la Brigada Plus Ultra en Irak pudo constituirse en un primer paso en este sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario